PERTENECER A UN GRUPO ¿POR QUÉ?

El ser humano es un ser social por naturaleza. Sus necesidades fisiológicas, psicológicas y vitales nos muestran que sin los otros difícilmente podríamos encauzar la vida de forma "sana". Evidentemente hablamos de las personas del montón, las normales, las que viven y conforman "el pueblo". Los místicos, los locos y los solitarios recalcitrantes no entran en esta descripción.

La cuestión que se plantea es ¿Por qué algunos tienen la necesidad de pertenencia a un grupo concreto, de hecho cuanto más concreto mejor? Llámese familia, país, región, club, asociación, tribu urbana, etc. El sentimiento de pertenencia da seguridad y puede vivirse en diferentes niveles de la percepción conciencial. Por ejemplo, los astronautas que surcan el espacio miran a la tierra como su hogar y se sienten parte de ese "punto azul" que decía Carl Sagan. En mis años de vivir en América, me he encontrado con personas que se dicen a si mismas americanas, más allá del país en el que han nacido dentro del continente . Hay hombres y mujeres que han sentido pertenecer a la humanidad y vernos a todos como "hermanos", otros se canalizan a través del sentimiento patriótico que no es otra cosa que la pertenencia a un grupo más grande de personas, una proyección de la familia que también podemos calificar como grupo de pertenencia. Los hay que se sienten ciudadanos de una ciudad y quienes de su barrio, etc. Pero ¿cuál es el correcto? ¿Hay alguna dirección hacia la que debemos caminar? ¿globalizar nuestra pertenencia lo más posible o dirigir nuestros pasos hacia una individualidad reduccionista y aparentemente segura? ¿Se puede ser parte de varios grupos de pertenencia a la vez?

Durante 23 años he estado en un grupo, y ahora que me he separado de él, ahora que estoy "libremente" vagando por el mundo me hago esta pregunta ¿Por qué con 18 años tuve la necesidad de pertenecer a un grupo, de sentirme parte de algo? 

Recuerdo que a esa edad el mundo se me hacía muy grande. Los arrebatos de la adolescencia estaban en su apogeo y las ganas de vivir algo especial, de no conformarme con el futuro marcado por las normas, de arrebatar al destino el plan preconcebido que mis padres y la misma sociedad imponían, me hicieron buscar por todos lados una salida, una esperanza de "no ser normal". Por aquél entonces andaba yo con mi amigo Jose Luís, Tete para los bien conocidos. Nuestra actividad principal, como aspirantes a una vida excepcional era buscar la aventura y meternos en el mayor número de líos posibles, siempre bajo la advocación de la búsqueda del prodigio. No digo que fuéramos delincuentes, pero si que la santidad estaba muy alejada de nuestros objetivos. Buscábamos y buscábamos incansables hasta encontrar un grupo dispuesto a recogernos, uno donde introducirnos sin más, casi fanáticamente... sin pensar mucho, sintiendo a mares. Pasé 23 años perteneciendo al grupo... una vida entera formando parte de algo que trascendía mi individualidad. ¿Dónde quedó el navegante? En el puerto, ¿Dónde los anhelos e impulsos de VIVIR?

¿Por qué queremos pertenecer a grupos? ¿Es malo? ¿Es bueno? ¿Un tiempo? ¿Una vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario