SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE

Desde su cosmovisión trascendente, la gran mayoría de los pueblos de la antigüedad asumían como una realidad los axiomas expuestos en la doctrina de la reencarnación. Esta postura ante el misterio de la muerte condicionaba su forma de vivir y matizaba comprensiblemente sus acciones cotidianas. Las palabras de los sabios que han quedado escritas en los documentos y en las paredes de los templos, expresan de forma clara sus ejes más rudimentarios.

Pensaban que existe una parte de nosotros que sobrevive a la muerte y pasa, tras un largúisimo descanso, a otro cuerpo. Según enseñan sus textos, al renacer retomamos la experiencia justo en el punto en el que la dejamos en la etapa anterior, y de esta forma nuestro progreso paulatino es seguro y completo pues tras muchos renacimientos llegamos a la perfección, la felicidad completa, la armonia con el todo o como le queramos llamar. Para ellos, estar vivo es sólo un instante en el camino, un momento en donde vida y muerte no son más que dos aspectos de nuestra existencia una. En comparación con los años encarnados (metidos en carnes), el periodo opuesto es inmensamente largo pues es el momento de la asimilación de las experiencias, a la manera como tardamos horas en absorber los nutrientes por medio del sistema digestivo mientras que sólo unos minutos en el acto de comer. A ese lugar de prolongado reposo/asimilación en el induismo lo llamaron "devacan" (el lugar de los devas o dioses); es el cielo de los cristianos o el "amenti" de los egipcios.

Sabemos que los maestros orientales y muchos expertos occidentales nos enseñan sobre los diferentes estados de la conciencia antes de llegar al Devacán. Algunos les llaman "Regiones intermedias" y las describen como plagadas de seres, de vida que no es perceptible por los limitados sentidos que poseemos  en el actual estado de evolución. No es lugar para hablar ahora de ellos pero si deseo transmitir mi asombro ante la evidencia de que existan técnicas para su estudio, publicadas depuradas investigaciones, innumerables textos y referencias y no sea posible el acceso a tamañas asignaturas. Deberían volverse a abrir escuelas para su estudio como las hubo en la antiguedad.

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